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  • Foto del escritorJuan Manuel De La Rosa Madrid

Inteligencia emocional y autoestima



A estas alturas de las prácticas y después de haber vivido estrechamente como parte de la comunidad educativa, me siento frente al ordenador a reflexionar sobre la vida escolar más allá de lo puramente académico y me doy cuenta de que hay un gran camino por recorrer en lo que a autoestima e inteligencia emocional se refiere.

He sentido la impotencia de no saber llegar a determinados alumnos que se castigan a sí mismos por la errónea creencia de sentirse inferiores al resto.

Llevo tiempo escuchando frases del tipo "yo no se hacer esto", "como todo lo hago mal", "a mi esto no se me da bien", "se que esto no lo puedo hacer".

Estas frases suenan de manera constante en el aula por parte de algunos alumnos y alumnas que en la mayoría de los casos ni siquiera han intentado realizarlo. Se ponen una barrera peligrosa antes de realizarlo.

Indagando un poco sobre el tema con mi tutora he descubierto el trasfondo de algunas de las actitudes que he visto, y muchas vienen dadas por el entorno que acompaña a estos menores. Familias desestructuradas, sobreprotectoras, la existencia de hermanos y hermanas menores que acaparan la atención familiar, etc.

Pero creo que este problema también se nutre dentro de la escuela en el momento en el que algunos docentes etiquetan a su alumnado y se suman al carro de perfilar a su alumnado en función a sus comportamientos.

Es el camino fácil y he de decir que yo también he sentido más cercanía con ese alumnado estable que reacciona positiva y activamente en todo lo que sucede en el aula, y se que no es la mejor forma de actuar.

Siento la necesidad de formarme en inteligencia emocional y en construcción de la autoestima para ofrecer a mi alumnado la seguridad de tener un docente que genere un clima de seguridad en la clase y que sientan que son capaces de hacer todo lo que se propongan

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