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Foto del escritorJuan Manuel De La Rosa Madrid

Reflexión final


Este período de prácticas me ha ofrecido la oportunidad de adentrarme más profundamente en el mundo de la enseñanza, haciendo reposar en mi un aprendizaje significativo fruto de mi experiencia en el aula, la ayuda inestimable del cuerpo decente del centro y sin lugar a dudas del alumnado.

Ha sido una experiencia personal y profesional como nunca he tenido, enfrentándome a retos y desafíos que aunque duros y cargados de responsabilidad, han sido gratificantes, lleno de aprendizajes que han afianzando más aún mi interés por ser maestro.


Uno de los aspectos más significativos de mi experiencia en prácticas ha sido la oportunidad de establecer vínculos afectivos con mis alumnos. Desde el primer día he tenido la firme convicción de que creando un ambiente de confianza y respeto mutuo en el aula, y donde cada estudiante se sintiera valorado y escuchado, me permitiría conocer las peculiaridad, individualidades y necesidades de cada uno de ellos para poder posteriormente, adecuar mi práctica educativa a sus intereses y demandas.


A lo largo de mis prácticas, también he aprendido la importancia de la flexibilidad y la adaptabilidad en el aula. Aunque he planeé cuidadosamente mi situación de aprendizaje atendiendo a todas las variables posibles, los imprevistos hicieron que tuviese que modificar la programación durante la marcha, lo que me ha dotado de una capacidad de reacción y de resolución de problemas que en otro caso no hubiera adquirido.

Además, he descubierto la importancia de la colaboración y el trabajo en equipo en el colegio. Mi tutoras, como el resto de docentes han tenido una actitud ejemplar en cuanto a apoyo, orientación y retroalimentación a lo largo de mis prácticas. Desde compartir ideas para actividades y recursos hasta brindarme consejos sobre estrategias de gestión del aula, he aprendido mucho al colaborar con otros docentes experimentados que dominan el ejercicio de su profesión.


Una de las lecciones más importantes que he aprendido durante mis prácticas es la importancia de la reflexión continua en mi práctica docente. Ser maestro es una profesión que requiere de una reflexión y autoevaluación constante y este período de prácticas me ha permitido identificar áreas de fortaleza y áreas de mejora, y establecer metas para mi desarrollo profesional. A través de este proceso de autoevaluación y reflexión, he podido identificar mis puntos fuertes como educador, así como áreas en las que necesito seguir creciendo y desarrollándome. Esta práctica de reflexión continua no solo me ha ayudado a mejorar como maestro, sino que también me ha permitido mantenerme motivado y comprometido con mi crecimiento profesional a lo largo de mis prácticas y más allá.


En esta aventura también ha habido espacio para el reproche y la reflexión a cerca de la salud del sistema educativo español. He observado la falta de recursos con la que tienen que hacer frente los docentes cada día, la impotencia que supone no tener horas lectivas suficientes para poder brindar un apoyo más personalizado a aquellos estudiantes con necesidades educativas especiales, además de la enorme carga burocrática que supone ejercer la docencia en este país. Entiendo que todo ha de estar regulado e informado convenientemente, pero no es de recibo que un docente pase gran parte de su horario no lectivo rellenando informes para dar cuenta a la administración, en lugar de dedicar ese tiempo a mejorar su práctica educativa, a la búsqueda de recursos innovadores y motivadores, que le aseguren el éxito en su práctica docente.

En resumen, mi paso por el centro en este período de prácticas ha supuesto una reafirmación de mi vocación docente, encarando esta última etapa de mi formación con más ánimo y fuerza si cabe, porque se que lo que me espera fuera después de la carrera es una profesión apasionante, llena de retos y desafíos para los que espero estar a la altura.

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