Esta semana he pedido permiso a mi tutora y al director del centro para poder rotar por los cursos inferiores de primero y segundo.
Tanto en mi Practicum I como en este he trabajado con alumnos de cuarto de primaria y necesitaba ver otras realidades, además siempre me ha generado mucho respeto los cursos iniciales porque creo que son los cursos donde se asientan las bases y marcan el camino del resto de la Educación Primaria.
Mi experiencia ha sido muy satisfactoria, he aprendido a ver el aula desde otra perspectiva. Con el alumnado de cuarto de primaria hay muchos procesos que ya están interiorizados y automatizados, son más autónomos y hay procedimientos que no son necesario recordar. En cambio en primero todo es nuevo para ellos, acaban de aprender a leer y escribir y el docente aquí juega un papel fundamental, siendo muy constante y organizado a la hora de establecer las rutinas en el aula.
Alberto, el tutor de primero, está pendiente de todo, y establece una serie de rutinas para conseguir poco a poco la autonomía de su alumnado. Repite todo muchas veces hasta que lo que pretende que se automatice fluye solo. Por ejemplo me llamó la atención la agenda escolar donde los alumnos apuntan las tareas, o cualquier cosa que se ha de comunicar a las familias, Alberto le dedica el tiempo que sea necesario a esa cuestión para generar el hábito y que en cursos posteriores, no sea necesario revisarlo por parte del docente.
Me ha llamado la atención también la facilidad con la que es posible captar la atención del alumnado, debido a la escasa experiencia de vida que tienen, cualquier cosa que introduzcas en el aula, en mi caso desarrollé una actividad con VinciBot vinculado a la inteligencia emocional. Fue un auténtico éxito porque el introducir robótica en el aula y sacarles de su rutina diaria, despertó totalmente su curiosidad y se dispararon los indicadores atencionales, haciendo que la actividad fuera realmente significativa.
He comprobado también la estrecha relación que hay entre familias y docentes en esta etapa del primer ciclo, con una constante comunicación entre ambos agentes, poniendo de manifiesto cualquier peculiaridad del alumnado en pro de establecer un ambiente seguro dentro del aula.
Ha sido muy gratificante mi paso por estos cursos iniciales, ha disipado mis miedos y ha significado un avance importante en mi formación, recopilando experiencias que seguro formarán parte de mi práctica educativa.
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